Módulo 4 - lección 6
Introducción
El Kybalión es una enseñanza atribuida a Hermes Trismegisto, por lo tanto proviene del antiguo Egipto; y como ya vimos se trata en realidad de la síntesis de tres escuelas de conocimientos de la antigüedad. Aparece como libro de texto en el año de 1908, probablemente editado por la Sociedad Teosófica o por una logia Masónica de Chicago, E.E.U.U. Aunque ningún grupo o persona se ha atribuido su autoría, desde el principio mencionando tan solo "por tres Iniciados". Sin más preámbulos pasamos a exponer los siete principios herméticos, que han de explicar cualquier fenómeno del cosmos:
1. Principio de Mentalismo
El TODO conocido, materia, energía, emoción, pensamiento… es espíritu, que en sí es indefinible, aunque se puede considerar como MENTE INFINITA, universal y viviente.
Nuestra realidad, tal y como la conocemos, es una creación mental del TODO, en cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.
Comprender este principio nos permite usar las leyes de la mente del todo para nuestro favor, usándolas para nuestro bienestar y para nuestro desarrollo.
Ser conscientes de esta realidad, comprender que el universo es mental, nos permite usar la clave maestra a nuestro favor.
Abriéndose para nosotros las puertas del Templo del conocimiento mental y psíquico y entrar para obrar en el mismo de forma libre e inteligente. Es decir, vivir nuestra vida con consciencia.
2. Principio de Correspondencia
El TODO conocido, materia, energía, emoción, pensamiento… es espíritu, que en sí es indefinible, aunque se puede considerar como mente infinita, universal y viviente.
Nuestra realidad, tal y como la conocemos, es una creación mental del TODO, en cuya mente vivimos, nos movemos. Hay muchos planos desconocidos que al aplicar esta ley nos permitimos tomar consciencia.
Esta como las otras, son leyes universales, aplicables a todos los planos de consciencia, arriba, abajo y en todas las direcciones y realidades. Lo que es aquí es allá.
Este es uno de los principios más importantes según las enseñanzas herméticas. Pues permite que caiga el velo de “Isis”, de la inconsciencia, y nos aporta claridad.
3. Principio de Vibración
Nada está inmóvil, todo se mueve, todo vibra.
Y aquí el principio, ya demostrado por la ciencia actual, de que todo está en constante movimiento, desde los átomos a los planetas. Todo está vibrando constantemente.
Gracias a la toma de conciencia de este principio se pueden explicar las diferencias entre las diferentes manifestaciones de la materia, de la fuerza, de la mente e incluso del espíritu en sí, que no son más que el resultado de los diferentes estados vibratorios.
Todo está en vibración. Cuanto más alta es la vibración, más elevada está en la escala, cuando más densa es la materia más baja es la vibración. Hay millones de niveles de vibración diferentes, por ello también hay millones de niveles de consciencia diferentes.
Comprender este principio nos permite comprender las vibraciones que nosotros emitimos, tanto a nivel físico como a nivel emocional, mental o espiritual, estamos emitiendo constantemente diferentes niveles de vibración.
Uno de los más antiguos escritores del Hermetismo dijo: “El que comprenda el principio vibratorio alcanzará el cetro del poder.”
4. Principio de Polaridad
“Todo es doble; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse.”
Este principio nos habla de la dualidad. Es decir, todo es lo mismo, solo cambia el grado de vibración entre uno y otro. La cara y la cruz son la moneda vista desde diferentes ángulos.
Por tanto, los opuestos son los dos extremos de la misma cosa. El calor y el frío, temperatura en diferentes extremos, pero ambas características son temperatura. ¿Dónde empieza el calor? ¿Y el frío?
Este principio nos muestra que todo es relativo entre dos opuestos y que todo está constituido por este principio.
Este principio tenemos que tener en cuenta que actúa de igual forma a nivel mental. Por ejemplo, amor y odio, dos polos con muchos matices y grados que los diferencian. En realidad, encontramos infinitos niveles de precisión entre un extremo y el otro.
Y lo mejor de todo es que podemos llegar al punto que transformamos una característica en la otra, acercándolas se funden.
Veamos, ¿qué sucede entre el bien y el mal? Son lo mismo, no existe el mal absoluto ni el bien absoluto y el hermetista conoce cómo hacer la transmutación del mal en bien, del odio en amor…
En realidad, esta es la alquimia de la que el ser humano se puede realmente beneficiar. El arte de polarizar.
Dominar el arte de polarizar nos hará libres.
5. El Principio de Ritmo
“Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.”
Este principio nos cuenta que todo se manifiesta con un movimiento particular, un movimiento de ida y de vuelta.
Una oscilación del péndulo que gracias al principio de polaridad va de un extremo al otro y lo hace en proporciones simétricas. Como la acción, reacción.
De nuevo, esta ley también es una ley que rige para todos por igual, afectando a todo lo que existe, sea visto o no visto, consciente o inconsciente.
Los hermetistas emplean la ley mental de neutralización para trascender este principio, si bien no se puede detener, han aprendido a eludir sus efectos a ciertos grados. Grados que dependerán del dominio de dicho principio.
El Maestro se polariza donde quiere estar y neutraliza las fuerzas que le llevarían al otro extremo de la realidad, manteniéndose mentalmente estable de forma consciente.
Tanto la Ley de neutralización, como la ley de contrabalanceo o la de emplear la polaridad a discreción, son parte de importante de la alquimia hermética.
6. Principio de Causa y Efecto
“Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa de la ley”
Nada ocurre casualmente, todo sucede según la ley.
En las escuelas hermetistas se aprende a trascender los planos ordinarios de causa y efecto. Y alcanzando mentalmente el plano superior se convierten en causas en vez de efectos.
Por lo general la gente se deja llevar por los deseos y voluntades de los demás. Si aprendemos a generar y reconocer nuestra vibración no nos dejaremos llevar por la de otros.
Muchas veces caemos en esta vorágine debido a herencias y aprendizajes que debemos soltar y desaprender.
Los Maestros dominan sus modalidades, sus carácteres, sus cualidades y poderes, así como todo lo que les rodea. Convirtiéndose en dirigentes en vez de ser dirigidos.
De esta forma, los maestros pueden ayudar a las masas a vivir y lidiar con este gran juego de la vida. Utilizan el principio en vez de ser instrumento del mismo. Los Maestros están al servicio de los planos superiores, pero sirven al plano donde habitan.
7. Principio de Género
“La generación existe por doquier; todo tiene sus principios masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos."
La generación, regida por los principios femenino y masculino lo crea todo, en todos los planos, incluidos el plano mental y espiritual.
Aunque se le conozca como sexo en el plano físico el mismo principio existe en todos los otros planos, mental, emocional, espiritual… recuerda el primero de los 7 principios del Hermetismo. Ninguna creación es posible sin este principio.
Este principio siempre obra en el sentido de generar, regenerar y crear.
Todo ser contiene la esencia de ambos elementos de este principio, femenino y masculino.
Todo lo relacionado con la generación, regeneración y creación está basado en este principio hermético. Contiene la solución de muchos de los misterios de la vida.
Qué el que sea capaz de leer entre líneas
descubra el conocimiento, este es
el deseo de los maestros herméticos.
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